Tü Opinión  

Maldiciones (III): Nick Drake

César Espí continúa la saga

  Sin lugar a dudas, uno de los casos más desgraciados del recalcitrante negocio del rock fue el de Nick Drake, niño bien, nacido en Birmania y criado en una pequeña y rica localidad llamada Tanworth-in-Arden cercana a Birmingham. Todo va bien hasta que el chico decide abandonar sus estudios de literatura en Cambridge y, con la ayuda de lo más granado del panorama musical underground inglés, se anima a emprender una carrera musical dado que sus capacidades interpretativas sorprenden a todos. Para ser justos hay que decir que, pese a que los ´60 fueron muy generosos en cuanto a la cantidad y calidad de artistas que lo conformaron, este tipo fue verdaderamente alguien o "algo" especial.

  Oyendo su música tienes muchas sensaciones a veces muy difíciles de aislar, es algo así como sufrir disfrutando o disfrutar sufriendo. Conmovedor siempre y de una intensidad que no es sencillo encontrar en casi ningún artista. Lo tuvo todo, sus letras eran de una carga poética tan profunda que podrían haber sido escritas por William Blake o el mismísimo Lord Byron, sin embargo, conforme su carrera avanzaba o se desvanecía, según se vea, y su estado mental se iba deteriorando más y más, se fueron convirtiendo en desgarradores mensajes de ayuda que nadie supo interpretar hasta que ya fue demasiado tarde.

  Su música es de otro planeta, sus afinaciones (algunas verdaderamente imposibles) hacían de su discurso musical algo mágico, absolutamente evocador y en perfecta sintonía entre lo que decía y cómo lo decía (el cenit de un compositor), letra y música de la mano. Su voz era algo único, un susurro que se filtra en el alma y que escalofría por su calidez y humanidad, no obstante, y pese a haber encandilado a todos sus músicos, productores e ingenieros coetáneos que pensaban que sería una súper estrella del tamaño de Leonard Cohen o Dylan, Nick Drake no vendió más de 3000 copias de ninguno de sus discos, cayó en una profunda depresión que se fue agravando por el consumo de drogas, perdió el contacto con todos sus amigos, dejó la música y fracasó en todo lo que intentó después.

  Convertido ya en un cadáver errante y absolutamente fracasado, regresó a casa de sus padres para tratarse la fuerte depresión que sufría y, como en el caso de aquellos románticos a los que evocaba en sus letras, murió mientras dormía escuchando los Conciertos de Brandenburgo en una fatal equivocación entre barbitúricos y somníferos durante el invierno de 1974. Desde entonces algo sin precedentes, su caso transciende a la necrología normal de cualquier músico desaparecido, Nick Drake consigue en la muerte lo que la vida le negó.

  Su historia emociona tanto que su obra se reedita tímidamente a finales de los ´70 y es entonces cuando se dispara la obsesión y la adoración sin límite: vende millones de discos y es citado como referencia inapelable por artistas como Paul Weller, Elton John o Pete Buck de REM entre otros; fans misteriosas escriben a su familia pidiendo ser desvirgadas por Nick; se celebran misas y encuentros de admiradores en su pueblecito natal para recordarle a través de su música en la iglesia local; incluso, en un estudio de sus letras, se llega a encontrar un epitafio cifrado en el que Nick describe poéticamente su muerte y "resurrección" en una canción, lo que provoca la comparción con Van Gogh. Todo en Nick Drake es motivo de culto y fascinación, Brad Pitt llega a hacer un documental sobre él y a declararse verdadero fan de su música.

  Nick es un ser que no estaba hecho para aquellos tiempos, un visionario al que dejamos morir, un chico dulce y hermoso que nunca mantuvo una relación sexual, una figura divina....un mártir. Lo cierto es que la música contenida en sus tres discos es única y hay algo en ella que no se sabe qué es, pero que sobrecoge demasiado. Debido a  lo deplorable de su estado físico y mental no pudo completar un cuarto disco, sin embargo, dejó grabadas varias canciones que son casi testamentos y que su disquera recogió en una recopilación de rarezas.

 Sus DISCOS fueron:

  Five Leaves Left, 1969. Homenaje a su adicción cannabica, dado que es el mensaje de los librillos de papel cuando solo quedan 5 hojas para terminarlos. Se trata de un disco triste y profundo que puedes ponerte un día lluvioso para entrar en las cavernas de tu mente. Los arreglos orquestales ponen los pelos de punta.

  Bryter Layter, 1970. Echando un vistazo a su portada nos hacemos una idea de cómo empezaba a estar Nick en aquella época. Se trata de un disco poético, personalísimo, del que no se entiende cómo no vendió millones. Con este disco puedes romper a llorar cuantas veces lo desees, siempre te tocará la fibra.

   Por último, Pink Moon, 1972. Es un grito de ayuda que nadie entendió y en el que él dice verse como un parásito, habla de lunas rosas que nos atraparán y de las que no podremos huir y se autoniega y compadece constantemente...de lo más fuerte que hayas oído nunca en cuanto a mensajes ocultos. Se dice que debido a su estado dejó el material sonoro en una cesta en la recepción de Islands (su discográfica) con una nota en que ponía, "No Frills" (sin florituras). Hasta la fecha lo más sorprendente de su música habían sido los geniales arreglos de orquesta, no obstante, ahora, Nick quería sonar desnudo, algo que entenderás perfectamente al oírlo.

  En resumen, Nick Drake pareció llegar de otro lugar, realizar su cometido y regresar de nuevo a él como quien cumple una misión fugaz, solo que para ello y como tantos otros, tuviera que morir para que nosotros entendiéramos algo. En ocasiones, da la sensación de que existan personas que trascienden tanto que los seres humanos normales no estamos demasiado preparados para ellos.

  Recetario:

  Fruit Tree: La canción en la que predice su muerte y lo que pasará después de ella...jamás oí cosa igual.

  At the chime of the city clock: Cuando entras en Nick Drake, esta es la canción más emocionante de su repertorio, la letra, su voz, los arreglos,...es un alma hablando sobre evasión, la ciudad, miedos...sobre él...snif, snif.

 One of this things first: Es la hermosura hecha canción. El piano de Paul Harris es algo sensacional.

  Northern Sky: John Cale (Velvet Underground) trabajó dos temas con él, uno es éste y otro, Fly. Se trata de una canción que podría ponerse de hilo musical en La Siempreviva para representar la ascensión de las almas al cielo...

   River Man: Una imagen vale más que mil palabras, échale un vistazo al vídeo que ilustra la noticia.... http://www.youtube.com/watch?v=idcaRTg4-fM

   Parasite/Things behind the sun: De Pink Moon, te quedarás embobado. Su capacidad para envolverte con su música da miedo.

   Pink Moon: Fue la canción de un anuncio de Volkswagen. Es Nick con su guitarra y un pianito ínfimo, enternecedora si no fuera por su intrigante letra.

   Black Eyes Dog: El no va más. Fue su última canción antes de morir. Habla sobre su depresión... "el perro de ojos negros sabe mi nombre", canta Drake mientras arpegia con su guitarra en una canción que parece de algún compositor clásico.