Editors en el Bum 2013

Tü Opinión  

Editors, Dorian y Varry Brava en el BUM Estrella de Levante

Cronica del festival de Bienvenida a la Universidad de Murcia

13/10/2013 - 13:19

  Por quinto año consecutivo, estudiantes veteranos, novatos y otros invitados ajenos a la vida universitaria se dieron cita en la plaza de toros de Murcia para dar inicio al curso escolar 2013-2014. Aunque el ministerio de cultura se empeñe en enterrar el arte con reformas, recortes, subidas de IVA, etc, los estudiantes tratan de mantener intacto ese placer que obtenemos al combinar horas de esfuerzo cotidiano con ratos de ocio.

Y nada mejor que un concierto para dejar de lado el pesimismo de los futurólogos, la presión de los padres o las dudas que siempre genera empezar una nueva aventura.                                              

Además, ya que muchos se empeñan en acabar con los toros, habrá que empezar a aprovechar el albero para nuevos menesteres. Como, por ejemplo, juntar a Editors, Dorian, Varry Brava y Balthazar en un cartel y dejarlos lidiar el momento con razones para dejar de lado las penas de la semana bailando.

Los primeros en saltar al escenario fueron Balthazar. Como es difícil concebir la vida universitaria actual sin los estudiantes de intercambio, el quinteto belga, ejerció de representante de los Erasmus presentando las canciones de los dos discos que hasta ahora han publicado: "Aplause" en 2010 y  "Rats" en 2012; Con sus ritmos melódicos y pegadizos se bebieron, en apenas una hora de concierto, todas las críticas que los describían como grupo sin chispa. Además,  su interesante repertoriocombinaba muy bien con ese momento de desconexión que todos los asistentes al concierto buscábamos entre primeros saludos, tragos de cerveza y restos de sol de fin de semana. Por lo que fue un acierto que fueran ellos los que abrieran la sesión de conciertos.

Los "estudiantes"  locales: Varry Brava, tomaron el relevo con su habitual espectáculo colorido. Y si quedaba algún resto de monotonía en nuestras cabezas, nos lo arrancaron de cuajo con el optimismo que siempre desprenden sus canciones. Es difícil resistirse a bailar el "no gires", "radioactivo", "calor"... aunque también es cierto que, aunque nos alegra que alguien consiga ser profeta en su tierra, esperamos, con ansia, que pronto amplíen su repertorio con algún nuevo disco que nos haga variar las coreografías que ya nos sabemos de memoria. 

Sudados de girar, contemplamos como la plaza empezaba a quedarse pequeña cuando los primeros acordes del concierto de Dorian empezaron a sonar. Los catalanes presentaron su doctorado "La velocidad del vacío" (uno de los mejores discos del año) que lleva suficiente tiempo en la calle para que la gente haya podido memorizar sus letras e interiorizar los significados de lo que cuentan.

"Los amigos que perdí", "tristeza" o "el temblor" compartieron protagonismo  con la luna, casi, llena que se posó sobre uno de los palcos para, como una más, ir degustando el in crescento del repertorio de los catalanes. Fue irónico escuchar "la tormenta de arena" botando sobre el albero, el "verte amanecer" mantuvo intacta la sensibilidad que transmite cada vez que suena y entre cuerdas dignas de una orquesta filarmónica y ritmos de discoteca encontramos un final casi perfecto con el nihilismo que pronto estudiarán los estudiantes más curiosos. Ésos que esperemos nunca tengan que irse "a cualquier otra parte".

Aprovechando los cambios en el escenario, buscamos avituallarnos. Por suerte, conseguimos salir por la puerta en la que repartían tickets para volver a entrar; picamos algo de la más que recomendable extensa carta de la gastronomía murciana y recuperadas las fuerzas, nos dimos de bruces con un amplio cordón de seguridad que impedía la entrada por la puerta grande por la que minutos antes habíamos salido. Así que entendiendo las palabras de Rosell que dijo que "prefiere que le critiquen por no dejar entrar a un niño que por la muerte de ese niño" buscamos otra puerta por la que entrar a ver el concierto de Editors.

La escenografía de los de Birmingham evidenció que si hubiera que ubicarlos entre la variedad de estudiantes, ellos formarían parte de los veteranos, los que desde el último curso dan lecciones de cómo se hacen las cosas a los novatos. 

Tom Smith emergió entre el juego de humos y las sombras que creaban las intermitencias de los focos elevados cambiando de color. Su voz cada día se parece más a la de Bruce Springsteen y con la evolución, que no es difícil intuir en el "theweight of yourlove" que han publicado este año, no tardaron en conquistar a los asistentes.

Una vez encandilado el público, intercalaron viejos temas con un apoteósico final en el que soltaron uno detrás de otro todos sus hits: "Munich", Papillon", "sugar", "anend has star" y el nuevo "a ton of love" que nos dejó un sabor de boca ideal para emprender el nuevo curso con ganas renovadas. Al fin y al cabo, seamos o no estudiantes, aparcando los estreses en el albero es más fácil encarar toda la presión que la rutina nos ponga delante.