Tü Opinión  

Badfinger: el trágico caso de los nuevos Beatles

César Espí sigue a los malditos (IV)

  El caso de Badfinger es tan trágico como conmovedor. Su historia podría haber sido escrita por Shakespeare para una secuela de Hamlet. Pasión, engaño, personajes hirientes, decadencia y ritual suicida. Su drama evidenció el mundo lúgubre y retorcido que existe detrás de la obra de un músico. Sus compositores, Pete Ham y Tom Evans, eran algo así como el relevo natural de Paul McCartney y John Lennon tras la desaparición de los Beatles en el año 1970.

  El secreto de su éxito fue una sólida fórmula de sofisticada composición instrumental, sensacionales armonías vocales y sobre todo, la enorme cantidad de singles de éxito que facturaron. El mismísimo Paul McCartney fue quien los apadrinó prestándoles el último tema que compuso para los Beatles y que estos jamás grabaron por su fuerte contenido calumnioso, ("Come and get it").

  Este mecenazgo artístico les lastró durante toda su carrera siendo constantemente comparados con los cuatro de Liverpool, algo sacrílego en aquellos tiempos y que, no obstante, fue motivo de elogio y buen gusto 20 años después gracias a la decadencia musical del rock de los ´90, siendo grupos como Oasis, Ocean Color Scene o Kula Shaker, quienes hayan vivido muy bien de las medallas de otros sin que nadie los pusiera nunca en su sitio. Como se hace con quienes roban los chistes buenos a los amigos.

   El gran hit de Badfinger fue "Whitout You", primero popularizada mundialmente por Harry Nilsson y después edulcorada de más, si cabe, por Mariah Carey. Una canción verdaderamente inmortal al margen de lo pastelosa que pueda resultar. Los años ´71 y ´72 fueron de vino y rosas para el grupo, todo se encauzaba como es debido hasta que contrataron como manager a Stanley Polley, un personaje emergido de lo más profundo de un pantano, de muy dudosa reputación y que ya estaba llevando a Apple (discográfica de los Beatles) a la bancarrota.

  Con él, no obstante, consiguieron un suculento contrato con Warner Brothers y giraron ferozmente por América. Los álbumes que editaron, "No Dice", "Ass", "Badfinger" y "Wish You Where Here" son absolutamente deliciosos. Un guiso de melodías y guitarras duras, fantásticas armonías vocales y caras guapas que dio como resultado lo que ahora conocemos como "power pop". Sin embargo, la situación financiera del grupo distaba mucho de ser la de una banda de éxito internacional, la discográfica les retenía los discos, los cheques de las giras no llegaban y lo mismo con los royalties de sus canciones versionadas por todo el mundo.

  En 1974 graban "Head First", una clara alusión a la pérdida de facultades mentales que estaban viviendo los componentes del grupo. Lamentablemente es retenido por Warner por sus referencias "excesivamente sinceras" a sí mismos. Basta escuchar "Rock and roll contract", "Hey Mr. Manager" o "I can´t believe", para darse cuenta de que en ese grupo algo no iba nada bien.

   Las cosas probablemente podrían haberse solucionado, sin embargo, Peter Ham no consigue aguantar su difícil situación económica y se ahorca en el garaje de su casa después de haberse bebido 3 botellas de vino y haber escrito a su mujer e hijo (que nació pocos días después) una nota de suicidio en la que decía algo así como que Stanley Polley era un bastardo y que regresaría de entre los muertos para llevárselo con él.

   Paradójicamente, el resto de la banda decide continuar facturando discos (de una asombrosa calidad) hasta que en el año 1983, Tom Evans, arruinado y desesperado por su situación financiera y creativa, se ahorca dramáticamente en el jardín de su casa después de una discusión con Joey Molland (guitarrista del grupo) por los royalties de "Without You. "Siempre deseé irme donde estaba él", decía Tom de su amigo Peter antes de quitarse la vida.

   Desgraciadamente, Joey Molland (único superviviente del grupo pues el batería, Mike Gibbins, murió de cáncer), continuó con el grupo como banda nostálgica de directo hasta el día de hoy, litigando con las familias de los desaparecidos por los royalties y haciendo el ridículo más espantoso que un ser humano es capaz de hacer dadas las circunstancias que rodearon a la banda. Incluso registró un disco como Badfinger con los temas de Tom y Peter regrabados por él. Si existe un infierno, Joel Molland tiene un palco reservado en él.

   Su trágica leyenda ha valido para que desde entonces los músicos tomaran consciencia de que detrás de su sueño había un engranaje que nada tenía que ver con la música, un sistema muchas veces sórdido y siempre desconcertante. Al menos, desde entonces, cuando un músico muere lo hacen con la cuenta corriente y el estómago llenos.

 Recetario:

 Without you: El requeteclásico, es curioso oír como es la original.

I Miss You: Peter Ham en plan dulcecito. Un bombón.

Hold On: "influence Beatelesque". El don de la melodía que diría Serrat.

Some Other Time: En plan progresivos, fabulosos!

Lost Inside Your Love: Una vez muerto Ham, Tom seguía facturando temazos muy íntimos.

Baby Blue, Just a Chance: Puro power pop de ahora