Molotov en Alicante

TÜ OPINIÓN  

Molotov en Alicante: un rugido final para cerrar la gira

Crónica de Ruth López

11/08/2025 - 14:44

El pasado 12 de julio, el Multiespacio Rabasa vibró con la inauguración del ciclo de conciertos Alma Occidente en Alicante, que arrancó con una noche de alto voltaje musical: Shamanka encendió la mecha y Molotov hizo estallar el escenario. Esta primera fecha del nuevo proyecto Alma Occidente dejó claro su compromiso de acercar a la ciudad sonidos potentes y artistas de alcance internacional, en un formato cuidado que conecta al público con los músicos cara a cara.

La sesión inaugural fue más que una fiesta: una declaración de intenciones. Con nombres que abarcan generaciones y estilos -como Texas, Trueno, Jethro Tull, UB40 o Kool & the Gang-, Alma Occidente promete una programación diversa y de calidad. Pero esa noche, los protagonistas fueron dos: Shamanka y Molotov.

Descarga sin contemplaciones: Shamanka calienta motores

La banda belga Shamanka se encargó de abrir la velada con una actuación sin filtros. Crudos, densos y viscerales, desplegaron un repertorio marcado por riffs atronadores, bajos distorsionados y una actitud que hizo temblar las paredes. Con influencias de Black Label Society, Godsmack y Pantera, sonaron temas como Death Row, Cross a Line, Running on Fumes, Barbed Wire o Big Mouth, con un groove salvaje que preparó al público para el vendaval que se avecinaba.

Molotov: el poder no se negocia

Molotov salió a escena como un torbellino. "Pendejo" y "Amateur" marcaron el arranque de un concierto que formaba parte de su gira TXXXR 30 Aniversario, y que dejó a cerca de 700 personas saltando, gritando y vibrando. Temas como "Chinga Tu Madre", "Here We Kum" y "Frijolero" se convirtieron en himnos de rabia compartida, ironía y resistencia.

La ejecución fue impecable: cambios de instrumentos sin pausa, sincronía vocal perfecta y un sonido demoledor. Nada de artificios, solo la esencia pura de una banda que entiende que el ruido, cuando dice la verdad, es revolución.

Un legado que incomoda

Molotov no solo hace rock: incomoda, cuestiona, denuncia. Su música baila al filo del sistema, sin pedir permiso. Y en Alicante se ratificaron como portavoces de una generación que no baja los brazos.

La recta final fue una traca inolvidable: "Cholo", "Mátate Teté", "Puto" y "Rastaman-Dita". En esta última, varias fans -yo incluida- subimos al escenario a bailar con ellos. Un cierre apoteósico, catártico y rotundo. Molotov sigue aquí. Y sigue haciendo ruido.

Texto y fotos de Ruth López.