Siloé en la Sala Marmarela

TÜ OPINIÓN  

Siloé en el ciclo Baltimore Live: los chicos de Valladolid conquistan Alicante

Crónica de Corinne Cobos del concierto del 30 de noviembre de 2025

30/11/2025 - 19:09

Más de dos mil personas llenaron, el 30 de noviembre de 2025, la sala Marmarela, un recinto espectacular que no dejó indiferente a nadie. Con el mar como telón de fondo y un ambiente de fiesta desde primera hora, Siloé salieron dispuestos no solo a dar un concierto, sino a firmar una noche para recordar de la mano de su disco Santa Trinidad.

Comenzaron fuerte: el cantante apareció en medio del público, subido a una plataforma situada junto a la mesa de mezclas. La declaración de intenciones fue clara desde el primer segundo: este concierto iba a vivirse desde abajo, a pie de pista, pegado a la gente. Bajó varias veces a cantar entre el público, recorriendo la sala, chocando manos y convirtiendo el concierto en una experiencia compartida. No había curiosos... el público era fan. Conocían todas las canciones, coreaban desde el primer tema y saltaban sin que nadie se lo pidiera.

La ejecución del directo fue tan cuidada como emocionante, con un sonido sorprendentemente limpio y contundente. Siloé se toma muy en serio su trabajo: varias guitarras preparadas, distintos micros, instrumentos adaptados a cada canción y una puesta en escena pensada al detalle para que cada tema tuviera su propio carácter. No era simplemente "tocar canciones", era construir un concierto muy elaborado, donde cada detalle dio lugar a un directo profesional y a la altura, incluso superando, lo que se escucha en sus discos.

Con mucha humildad, insistieron en que "solo somos músicos" y subrayaron una idea que repitieron varias veces: el hecho de que la gente pague una entrada y compre merchandising es lo que les ha permitido seguir adelante con este proyecto. Agradecieron abiertamente a esos miles de seguidores que deciden apostar por la música en directo, recalcando que sin ese apoyo nada de lo que estaba pasando allí sería posible. Una banda agradecida, consciente de dónde viene y de quién la sostiene.

El grupo consiguió que todos disfrutáramos, sin excepción. Los chicos de Valladolid conquistaron Alicante, y lo hicieron con canciones, cercanía y una gratitud tan grande como el mar que vigilaba el evento desde fuera.

Texto: Corinne Cobos.