Instituto de Columna de Alicante

Vida Sana  

Buenos motivos para ir al gimnasio después de Navidad

Nuevo consejo de Jorge López, fisioterapeuta

20/01/2018 - 19:40

Tras los excesos navideños conviene recordar los beneficios para nuestro metabolismo del entrenamiento muscular como motivación para empezar mejor el año. Con nuestro estilo de vida sedentario y una alimentación poco saludable, tendemos a la obesidad, llegando al extremo del Síndrome Metabólico, que es el padecer a la vez diversos grados de hipertensión arterial, diabetes, dislipemia o hipercolesterolemia.

Actualmente se sitúa la edad de inicio de estos problemas en torno a los 35-45 años y se sabe que todo comienza con un aumento de la resistencia de las fibras musculares a la insulina por proliferación de las células grasas. Cuando se digieren los alimentos, la glucosa generada se transporta hasta las células musculares con la ayuda de la insulina (una hormona segregada en el páncreas) dónde se produce su combustión.

Si la sensibilidad de las células musculares respecto a la insulina disminuye, el organismo tiene que producir cada vez más para poder mantener un funcionamiento correcto. El páncreas termina agotado, aumenta la concentración de azúcar en sangre y, los vasos sanguíneos, los nervios y finalmente el conjunto de órganos resultan perjudicados. Una vez se produce el aumento excesivo de glucosa en sangre (hiperglucemia), el hígado comienza a generar más triglicéridos y colesterol VLDL (el malo), generando ateroesclerosis e hipertensión arterial.

Una tensión arterial elevada en reposo pone en peligro el corazón debido a una sobrecarga permanente y acaba dañando las paredes de los vasos sanguíneos. La prevención y reversión de estas patologías pasa por perder grasa corporal y activar la musculatura. Graves & Franklin 2001 y Pedersen & Saltin 2006, han demostrado que el entrenamiento de la fuerza desarrolla óptimamente músculos más activos, aumentando el metabolismo basal (la cantidad de energía que consume el cuerpo para mantener las constantes vitales). De esa forma se consumen más calorías cada día, disminuyendo las reservas de grasa y se ayuda a equilibrar el colesterol.

En una sesión de entrenamiento de alta intensidad consumirá 120-200 kilocalorías y, más importante aún, el incremento de consumo de energía continúa varios días hasta regenerar la masa muscular. Además, se potencia el efecto de la insulina en el tejido muscular y disminuye la glucosa en la sangre, protegiéndonos así de la resistencia a la insulina y de la diabetes. También entrenar regularmente con resistencias progresivas puede disminuir la tensión arterial hasta 5 mm de Mercurio, reduciendo así el riesgo de un infarto coronario e ictus (infartos cerebrales).